Europa debate la libertad religiosa tras la nueva ley aprobada en Portugal

Por Sabrina Padrón. Lisboa — Octubre 2025

El Parlamento de Portugal aprobó una ley histórica que prohíbe el uso del burka y el niqab, los velos integrales islámicos, en la mayoría de los espacios públicos. La medida, impulsada por el partido Chega, marca un giro sin precedentes en la política social del país y desata un intenso debate sobre los límites entre libertad religiosa y seguridad pública.

Con 137 votos a favor y 85 en contra, la legislación fue aprobada el pasado 17 de octubre de 2025, estableciendo multas de 200 a 4.000 euros para quienes cubran el rostro en lugares públicos sin justificación médica, laboral o cultural.

Una medida que divide a Europa

El gobierno portugués argumenta que la ley busca garantizar la seguridad ciudadana y la igualdad de género, señalando que el velo integral “impide la identificación personal y perpetúa la desigualdad entre hombres y mujeres”.

Sin embargo, diversos sectores de derechos humanos y líderes religiosos han denunciado la medida como una violación a la libertad de culto, protegida por el artículo 41 de la Constitución portuguesa.

De acuerdo con estimaciones del Pew Research Center, la comunidad musulmana en Portugal representa solo el 0,4 % de la población, es decir, alrededor de 45.000 personas, en un país de más de 10,3 millones de habitantes.A pesar de la baja proporción, la ley ha generado una ola de críticas internacionales, especialmente de organizaciones que advierten que la norma alimenta la islamofobia en Europa.

Europa y el “efecto dominó” de las prohibiciones religiosas

Portugal se suma a los siete países europeos que ya han implementado restricciones similares: Francia, Bélgica, Austria, Dinamarca, Bulgaria, Noruega y Suiza.

Francia, que fue pionera en la prohibición del burka en 2010, ha impuesto más de 2.000 sanciones desde entonces, aunque el propio Ministerio del Interior francés admitió que la ley tuvo un impacto “simbólico más que práctico”, pues afectó a menos del 0,02 % de las mujeres musulmanas.

Según un informe del Consejo de Europa (2024), más de 65 millones de musulmanes viven actualmente en Europa, y el 27 % afirma haber sufrido discriminación o rechazo debido a su vestimenta religiosa.

Un estudio de la Universidad de Copenhague (2023) sobre políticas de integración europea reveló que el 54 % de los ciudadanos europeos apoya restricciones al uso de prendas religiosas que cubren el rostro, mientras que un 38 % las considera una violación de los derechos individuales.

Entre la religión y la identidad

El Islam tiene presencia histórica en Portugal desde el siglo VIII, y hoy cuenta con más de 60 mezquitas y centros culturales distribuidos principalmente en Lisboa, Oporto y el Algarve. La Comisión Islámica de Lisboa calificó la medida como “un golpe a la convivencia pacífica” y advirtió que puede aumentar la marginación de mujeres musulmanas que deciden cubrirse por convicción propia.

“Nadie debe ser obligado a cubrirse, pero tampoco a descubrirse. La verdadera libertad consiste en elegir”, declaró Fátima Amrani, portavoz de la comunidad islámica en la capital portuguesa.

Por su parte, el líder del partido Chega, André Ventura, celebró la aprobación de la ley como “una victoria de la identidad nacional y de los valores occidentales frente al radicalismo religioso”, agregando que Portugal “no puede repetir los errores de integración que vive Europa Central”.

Reacciones Internacionales

La medida ha provocado reacciones mixtas en toda Europa. La Comisión Europea recordó que los Estados miembros son libres de legislar sobre seguridad pública, pero subrayó que deben respetar los principios de libertad religiosa y no discriminación.

En España, el tema reavivó el debate político. Algunos sectores del Congreso español ya han planteado revisar la legislación sobre símbolos religiosos en espacios públicos. Mientras tanto, en Marruecos y Turquía —países de mayoría musulmana— la noticia ha sido recibida con indignación y calificativos de “retroceso cultural”.

El Trasfondo Político

El ascenso del partido Chega, que obtuvo un 16,7 % de los votos en las últimas elecciones nacionales, ha cambiado el tono político de Portugal, tradicionalmente moderado. Expertos del Instituto Portugués de Estudios Sociales (IPES) advierten que esta ley “es parte de una narrativa que busca reforzar la identidad nacional frente al multiculturalismo europeo”.

“Estamos ante una Europa más dividida ideológicamente que nunca”, explicó Rui Almeida, analista político. “El discurso sobre seguridad y valores tradicionales se ha convertido en la nueva herramienta de poder para los partidos populistas del continente”.

Una frontera entre libertad y control

Aunque el número de mujeres que usan burka o niqab en Portugal no supera el centenar, el impacto simbólico de la ley es enorme.Los defensores sostienen que es un paso hacia la “visibilidad y protección” de la mujer; los detractores alertan que se abre la puerta a una nueva forma de control estatal sobre la expresión personal.

Editora y analista DDHH Sabrina Padrón, este tipo de decisiones “representa la tensión permanente entre el derecho a la identidad cultural y el deber de los Estados de proteger la seguridad y cohesión social”.

Sabrina Padrón – Editora de análisis internacional @sabrinavisualmedia / x @sabripadron

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