Oscar “Blue” Ramírez
Periodista y corresponsal internacional
Oscar Ramírez es un periodista mexicano originario de Tijuana, Baja California, licenciado en Comunicación y locutor de radio.
Reconocido por su experiencia en temas migratorios a nivel internacional, ha recorrido y documentado todas las fronteras del norte de México con Estados Unidos. En el sur del país, ha caminado y registrado más de 12 caravanas migrantes, además de documentar la ruta del Triángulo de Centroamérica y cruzar en cuatro ocasiones la peligrosa selva del Darién, entre Panamá y Colombia — una de las rutas más mortales del mundo para los migrantes.
Como corresponsal de guerra, ha cubierto conflictos internacionales en Ucrania (frontera con Rusia) y en Medio Oriente, reportando desde Israel con las fronteras de Gaza, Líbano y Siria.
Actualmente, Oscar Ramírez se desempeña como corresponsal bilingüe para diversos medios de comunicación y forma parte del equipo internacional de Real America’s Voice News, un medio reconocido en Estados Unidos.
En 2023, fue condecorado en el Congreso de Colombia con el Premio Diana Turbay, uno de los reconocimientos periodísticos más importantes del país, por su cobertura y documentación de la ruta migratoria a través de la selva del Darién.
Más allá de su labor informativa, Oscar Ramírez se ha distinguido por su periodismo humanitario, enfocado en dar voz y rostro a las historias de los migrantes y de las comunidades afectadas por la violencia y los conflictos internacionales.
Tijuana Baja California 16 de Agosto 2022
Por Periodista : Melina FG
Quedarnos en casa ha sido la principal recomendación durante este tiempo de alerta sanitaria, pero no se habla de la otra pandemia, de la violencia de género. (Quédate en casa ha sido la recomendación dada para no contraer el COVID-19, y esta medida se propone también para combatir la violencia de género) Este mal, este virus social es el que todas las mujeres tenemos que padecer:vivir librando la violencia exacerbada de las calles para poder llegar salvas a casa y de los micromachismos que permean en la sociedad.
¿Cuántas veces hemos escuchado la tibieza de los argumentos? “No salgas tan noche”, ¿Por qué fuiste sola?, “Tú provocaste que te pasara eso”, ¿Por qué hasta ahora denuncias si te paso hace años? “La culpa es nuestra” y otras tantas frases que lo único que hacen es revictimizarnos.
Incluso pensar que en lo absoluto no tenemos que salir de casa para no ser violentadas por una mente enferma. Ya no sabemos que es más peligroso, si cuidarnos del contagio de un virus que también nos mata de una manera paulatina,dolorosa o el que nos maten de una manera violenta y sin merecerlo.
Nos cuidamos, de lo que nos pueda suceder en la calle, porque eso nos han hecho creer a lo largo de la historia que solo en la calle se viven y se padecen los peores actos aberrantes que una mujer pueda llegar a experimentar.
Mentira, porque el aumento en las cifras de violencia doméstica, violencia laboral, violecia social,nos demuestra y confirma que ya en ningún lugar estamos a salvo. Ya nuestro lugar de protección lo han convertido en un cuartel sin salida, los agresores ya no dan tregua, ya se disfrazan de nuestra propia familia, del amigo,del conocido,en quienes hemos depositado nuestra confianza,se disfrazan del protector que decide tomar la vida de cada una de las víctimas.
“Eres ciudadana de segunda clase, sin privilegios y sin honor Porque yo doy la plata estás forzada A rendirme honores y seguir mi humor Búscate un trabajo, estudia algo, la mitad del sueldo y doble labor Si te quejas allá está la puerta, no estás autorizada para dar opinión”
De tu amor de niña sacaré ventaja De tu amor de adulta me reiré…
Con tu amor de madre dormiré una siesta Y a tu amor de esposa le mentiré Nosotros inventamos, nosotros compramos Ganamos batallas y también marchamos Tú lloras de nada y te quejas de todo Para cuando a veces nos emborrachamos”.
Los Prisioneros retrataron con letra y música nuestro pasado y presente con “Corazones rojos”, hoy seguimos en pie de lucha.
Historicamente se nos ha obligado a guardar silencio en todo a lo que en contra de nuestra persona concierne, a ser instrumento de servicio para los demás. Son años en donde nuestras ancestras vivieron bajo la sombra de alguien más sometidas a hacer,ver,escuchar,recibir los actos más despreciables,que un humano da a otro. Vivir en sumisión y violencia,disfrazada de actos de amor por el simple hecho de permanecer en el núcleo familiar,esos famosos lazos de sangre y pactos familiares. La permisividad obligada con la que lidiamos, tememos decir “No”, y son estas dos letras nuestra salida a no experimentar bajezas que nos lastimen.
Callarnos para no generar alboroto,generar conflictos de intereses,porque incluso ese silencio obligado lo tenemos también en nuestras áreas de desarrollo personal,social, intelectual y laboral.
Hoy, que hemos decidido rebelarnos nos han tachado de locas,exageradas,radicales, es esta locura la muestra de nuestra rabia exigente de justicia, por igualdad, por reciprocidad, por empatía, por vivir en paz,vivir libres,y aferrandonos inclusive a la sororidad de otras mujeres que estan en la misma lucha o en su propia deconstruccion.
¡Ya nos cansamos de de decir “si” a todo!
Vamos en camino, pensamos quizá seria años diferentes después de pasar dos años pandemicos y llenos de esa violencia exacerbada con y hacia nosotras,vamos a a exigir justicia,alzar la voz, romper todo, “Romper el Pacto” ese pacto patriarcal que lastima,daña,y en el peor de los casos nos “Esta matando”.