
Siempre tu país primero

Oscar El Blue
Continúa el flujo migratorio en Ciudad Juárez; familias venezolanas llegan en el tren.
Uno de los extranjeros compartió que se ha cumplido un año desde que salieron de su país y aún no han logrado el objetivo de estar en los Estados Unidos.
El flujo migratorio no se ha frenado, personas en contexto de movilidad siguen arribando a Ciudad Juárez, con la ilusión de poder llegar a los Estados Unidos antes de que Donald Trump asuma el cargo,como es el caso de tres familias venezolanas que se encontraban transitando por el centro de la ciudad, luego de bajar del tren a las 6:30 horas de este sábado.
Una de las familias contó que todos viajaron juntos arriba del tren, pero antes de llegar a Ciudad de México les tocó subir de camión por cada pueblo y esconderse de los agentes federales del Instituto Nacional de Migración.
“Gracias a Dios a nuestras familias nunca les pasó nada, desde el año pasado, el 4 de enero fue que salimos de Venezuela, más de un año y todavía no hemos llegado a nuestro objetivo, pero ya estamos en Ciudad Juárez”, dijo Denyer de Venezuela.
Luego de que atravesaron seis países y una selva para llegar hasta la frontera, el plan no ha cambiado, pues conservan la esperanza de llegar a Estados Unidos y ahí empezar a trabajar, para ofrecer un futuro a sus hijos y cambiar su calidad de vida.
Sin embargo, la realidad con la que se encuentran, es que ya no es tan fácil entregarse a las autoridades estadounidenses y hay un gran resguardo en la frontera por parte de las autoridades norteamericanas.
“Nosotros nos quedamos pensando que uno podía venir y entregarse, pero no es así; eso pasaba pero el año pasado, lo único que nos queda es esperar la cita de CBP One, no perder la fe en Dios, que llegue rápido, porque eso es como una lotería, es al azar y quien tenga la suerte”, expresó Denyer.
Ahora están sin dinero, varados en Ciudad Juárez, pero la fe, voluntad y las ganas de entrar a Estados Unidos siempre la han tenido, dijo: “Es por eso que estamos aquí, no cualquiera llega, así tenga toda la plata del mundo, hemos vivido cosas que no se las deseamos ni a nuestros peores enemigos”.
El migrante contó que han tenido, dentro de la travesía momentos buenos y malos pero siguen firmes en sus convicciones e incluso compartieron una frase que se dice en Venezuela, “Haya decimos, hay que comérsela verde para después poder comérsela madura, ahorita estamos pasándola mal, pero después vamos a tener nuestro triunfo”, platicó Denyer.
Otro Testimonio
Delincuentes utilizan a migrantes para poder extorsionar a través de llamadas telefónicas.
Los migrantes que viajan desde el sur de México hacia Ciudad Juárez enfrentan un camino lleno de peligros, pues desde su entrada al país muchos de ellos son secuestrados, extorsionados y sometidos a todo tipo de abusos.
Alfredo, originario de Venezuela, compartió que fue secuestrado en Tuxtla Gutiérrez y que tuvo que ayudar a los delincuentes a extorsionar a otros migrantes que viajaban con él.
Había un taxi particular que ofrecía servicio para quienes se querían ir a Ciudad de México, y cobraba mil 600 pesos. En Tuxtla hay unos taxis, que voy a decir que son ‘privados,’ para no decir lo que son, pero ellos cobran 500 mil por persona y pues yo me confié en el más barato, pero dijo manden a uno o dos primero y cuando lleguen a México llaman. Nadie más quiso ir y yo me monte al taxi”, contó.
Sin embargo, antes de terminar el viaje, el taxi subió a un mexicano y es ahí cuando Alfredo se dio cuenta que todo era un engaño.
“Me comenzaron a decir que les colaborara, que no me iban a hacer daño, que no me iban a matar, y yo les dije que sí les colaboraba en lo que fuera, ya que podía hacer estaba en manos de ellos. Pero el que se montó en el asiento atrás conmigo, sí traía arma”, contó.
También, indicó que lo llevaron a una casa y le dijeron que lo único que tenía que hacer era una llamada. “Yo les tenía que llamar a los demás compañeros míos, que eran 20, que les dijera que pagaran el pasaje para que vinieran a México, que eran mil 600 pesos y a los negros les cobraron 2 mil 500”.
Agregó que sus compañeros accedieron y se juntaron aproximadamente 50 mil pesos del dinero que pagaron todos, luego los subieron en un autobús, y cuando pasaron por un punto de revisión migratorio, los detectaron y regresaron a todos nuevamente a Tuxtla Gutiérrez.
“Yo estuve secuestrado por tres días, pero a los demás solo les quitaron su dinero; aproximadamente, me dijeron que a un kilómetro los bajó migración”, platicó.
Empero, cuando arribó a Chiapas, fue señalado por sus amigo como si él fuera el que les robó el dinero, cuando la realidad es que estaba secuestrado y lo obligaron a hacerles la llamada a otros.
Esta situación de secuestro para extorsionar a otros es muy común, dijo, por eso creen que él está extorsionando a otros migrantes, cuando la realidad es otra.