Hotel de Panamá alberga casi a 300 deportados de Estados Unidos

A Panamá llegaron casi 300 personas que fueron deportadas desde Estados Unidos, bajo las políticas de migración de Donald Trump, para ser repatriadas a sus países de origen. Actualmente se encuentran retenidas en un hotel de la Ciudad de Panamá sin la opción de poder salir hasta que las autoridades internacionales organicen el regreso a los países correspondientes.

En una situación compleja y sensible, Panamá alberga actualmente a casi 300 personas de varios países, incluidos Irán, India, Nepal, Sri Lanka, Pakistán, Afganistán y China, que fueron deportados de los Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump. Estos migrantes están detenidos en un hotel, donde reciben atención médica y comida como parte de un acuerdo de migración entre Panamá y los Estados Unidos, según el ministro de seguridad de Panamá, Frank Abrego. Sin embargo, no se les permite abandonar el hotel mientras las autoridades internacionales organizan su regreso a sus países de origen.

Un desafío significativo surge ya que más del 40% de estos migrantes no están dispuestos a regresar voluntariamente a sus países de origen. Algunos incluso han recurrido a mostrar mensajes desesperados en las ventanas de su habitación de hotel, pidiendo «ayuda» y afirmar que «no estamos salvando (sic) en nuestro país».

Estados Unidos ha estado utilizando Panamá como un país de tránsito para los deportados debido a las dificultades para deportar a las personas directamente a ciertos países. También se espera que Costa Rica reciba un vuelo similar de deportados del tercer país el miércoles.

Abrego también aclaró que 171 de los 299 deportados han acordado regresar a sus respectivos países con la asistencia de la Organización Internacional para la Migración y la Agencia de la ONU para los refugiados. Sin embargo, los 128 migrantes restantes aún se están procesando, y se están haciendo esfuerzos para encontrar destinos alternativos para ellos en terceros países. Un ciudadano irlandés deportado ya ha regresado a su país, mientras que aquellos que se niegan a regresar a sus países de origen se celebrarán temporalmente en una instalación en la remota provincia de Darien.

El gobierno panameño ha acordado servir como un «puente» para los deportados, y los Estados Unidos cubren todos los costos de la operación. Este acuerdo se anunció a principios de este mes, luego de una visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio. El presidente de Panamano, José Raul Mulino, ha enfrentado una presión política sobre las amenazas de Trump de retomar el control del Canal de Panamá, lo que se suma a la complejidad de la situación.

Se espera que la oficina del Defensor del Pueblo Panamano proporcione más actualizaciones sobre la situación de los deportados, arrojando más luz sobre los desafíos y las posibles soluciones.

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